El niño que conquistó millones de corazones en redes sociales con su carisma y espontaneidad al ritmo de un alegre “¡Eso, Tilín!”, ha dado un giro admirable en su historia personal. Luis Ángel Carrasco, hoy de 12 años, se ha convertido oficialmente en un danzante de tijeras profesional, cumpliendo un sueño que lo conecta con sus raíces culturales más profundas.
Portando el tradicional traje andino y las relucientes tijeras que identifican a esta danza ancestral, Tilín ha participado recientemente en ceremonias sagradas como el Pagapu, reafirmando su compromiso espiritual y cultural. Lo hizo junto al grupo “Galas de Oro”, en un acto simbólico que consolida su transformación: de fenómeno viral a símbolo del legado andino vivo.
“Desde niño soñaba con ser un gran danzante de tijeras, y hoy puedo decir que lo soy gracias al apoyo de mi familia, mi comunidad y toda la gente que creyó en mí”, expresó emocionado el joven artista, quien ahora danza no solo para entretener, sino para honrar a sus ancestros.
El talento de Tilín ha sido reconocido más allá de nuestras fronteras: ha sido invitado a representar al Perú en Colombia, donde compartirá el arte de la danza de las tijeras, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Para poder asistir, el joven busca apoyo económico que le permita cubrir sus pasajes y continuar llevando el nombre del Perú al mundo.
La historia de Tilín es una muestra de cómo el arte y la cultura pueden transformar vidas, reconectar con las raíces y proyectar con orgullo nuestras tradiciones en el escenario internacional.
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