Durante el feriado de Semana Santa, se estima que más de 1.5 millones de peruanos se movilizarán a diversos destinos turísticos, dentro y fuera del país. Los cambios de clima, la disponibilidad de agua potable, la práctica de actividades al aire libre y el consumo frecuente de alimentos en restaurantes u otros establecimientos pueden provocar incidentes o enfermedades que afecten nuestra salud, si no se adoptan las medidas preventivas adecuadas.
En ese contexto, el Dr. Eduardo Carcausto, médico internista de Sanitas, compañía prestadora de servicios de salud, resalta la importancia de una buena preparación antes de viajar para prevenir complicaciones que puedan afectar el bienestar. “Planificar con anticipación el destino permite conocer las condiciones del entorno, como la altitud, la calidad del agua o la infraestructura sanitaria, y prepararse en función de esos factores. Además, es importante identificar previamente la ubicación de hospitales o clínicas cercanas, lo que resulta clave en caso de una urgencia médica”, explica.
En línea con estas recomendaciones, el vocero destaca también la relevancia de contar con un seguro de viaje que brinde respaldo sanitario, incluyendo consultas con especialistas y acceso a medicamentos. “Es fundamental estar afiliado a una póliza sanitaria que ofrezca atención médica oportuna, cobertura internacional y asistencia 24/7, con opciones como la telemedicina, con el fin de mantenerse protegido ante cualquier imprevisto”, menciona.
Aunque tomar medidas preventivas reduce significativamente los riesgos, esto no garantiza estar completamente libre de problemas o emergencias durante un viaje. Por eso, el Dr. Carcausto explica cuáles son las condiciones médicas más comunes y cómo tratarlas adecuadamente.
- Trastornos digestivos: son de las afecciones más frecuentes durante un viaje y aparecen por cambios en la alimentación, bacterias o una mala manipulación de los alimentos. “Es importante tener cuidado con lo que comemos y cómo se conserva, especialmente con menestras, mariscos, embutidos o comidas muy grasosas y azucaradas. Si hay una intoxicación o infección, lo recomendable es seguir una dieta suave, mantenerse hidratado y acudir a un centro de salud si los síntomas persisten”, explica.
- Problemas respiratorios: suelen presentarse por cambios bruscos de temperatura, exposición prolongada al aire acondicionado, o por condiciones ambientales adversas como la contaminación atmosférica, la presencia de polen o incluso la altitud. Estos factores afectan especialmente a personas con asma o alergias. Se recomienda llevar antihistamínicos e inhaladores si se tiene una condición previa. Ante fiebre alta, tos persistente o dificultad para respirar, es clave acudir a un centro de salud.
- Picaduras: las mordeduras o picaduras son comunes en zonas rurales o con plagas. Para prevenirlas, es clave informarse acerca de los riesgos del lugar, utilizar un repelente adecuado y seguir las indicaciones locales sobre protección, como el uso de ropa de manga larga o mosquiteros. También se recomienda evitar áreas con agua estancada, donde suelen proliferar los insectos. En caso de presentar fiebre o malestar general, se debe acudir de inmediato al centro de salud más cercano.
- Reacciones alérgicas: pueden activarse por alimentos, picaduras de insectos o factores ambientales desconocidos en el lugar. “En estos casos, es clave actuar rápido. Si se tiene conocimiento de una alergia, es fundamental llevar siempre un autoinyector de emergencia, como un EpiPen, y tenerlo a la mano. Ante cualquier síntoma grave, como dificultad para respirar o inflamación, se debe buscar atención médica de inmediato”, recomienda el Dr. Carcausto.
- Golpes y caídas: los accidentes durante actividades como senderismo o caminatas en zonas arqueológicas, pueden causar desde heridas leves, como cortes y raspaduras, hasta lesiones más graves. Para prevenirlas, se aconseja usar calzado antideslizante, estar atento al terreno y evitar maniobras riesgosas. “Ante cortaduras, es fundamental limpiarlas y desinfectarlas adecuadamente. Si se presentan torceduras o esguinces, es necesario inmovilizar la zona afectada. En caso de contusiones en la cabeza, aunque no haya pérdida de conciencia, se deben vigilar si la persona tiene mareos o náuseas, y siempre buscar asistencia médica de inmediato”, recalca.
Además, el galeno menciona que en el caso de las personas que viven con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o asma, se deben tomar precauciones especiales al viajar. “Es fundamental empacar los medicamentes suficiente para todo el trayecto y la receta farmacológica, para no interrumpir el tratamiento. Si se requiere habitualmente, es recomendable llevar glucómetros o tensiómetros, dispositivos que ayudarán a controlar estas condiciones. También se debe informar a un acompañante sobre la condición y cómo actuar ante una emergencia”, agrega.
Finalmente, sugiere que al menos un miembro del grupo tenga conocimientos básicos de primeros auxilios, para poder actuar mientras llega la atención profesional. También recomienda llevar un botiquín con elementos esenciales como gasas, antisépticos, tijeras, termómetro, curitas y medicamentos como analgésicos, antihistamínicos, antidiarreicos, sales de rehidratación, protectores gástricos, antieméticos y pomadas antibióticas, lo que permitirá manejar imprevistos y viajar con mayor tranquilidad.
